los orígenes: panfletos, manifiestos y la cultura del "hazlo tú mismo"
Los fanzines no nacieron en el vacío. Su ADN rebelde viene de una larga tradición de publicaciones autogestionadas que desafían el poder. Desde los panfletos ilustrados del Renacimiento (como los de la Reforma Protestante, que se copiaban a mano para esquivar la censura) hasta los manifiestos dadaístas y surrealistas de los años 1920 (que mezclaban poesía, collage y provocación), la historia está llena de ejemplos de gente que usó el papel como arma.
Pero el término "fanzine" como tal apareció en los años 1930-40, en EE.UU., cuando fans de ciencia ficción empezaron a crear sus propias revistas caseras (como "The Comet"). Eran fotocopiadas, con portadas dibujadas a mano y llenas de reseñas de películas y debates nerds. La clave: eran hechas por y para fans, sin fines de lucro.
En los 70, el punk le dio un giro radical al concepto. Fanzines como "Sniffin’ Glue" (UK) o "Punk" (EE.UU.) usaron el formato para gritar contra el sistema, con collages cutres, tipografías rotas y lemas como "This is a chord. This is another. This is a third. Now form a band". La filosofía era clara: no necesitás permiso para crear.
Fanzines en Latinoamérica: Resistencia, Punk y Poesía Marginal
En nuestra región, los fanzines llegaron para quedarse, adaptándose a cada contexto de lucha. Acá, no solo fueron sobre música o arte, sino también herramientas de supervivencia política y cultural.
Los 70-80: Dictaduras y Publicaciones Clandestinas
- En Argentina, durante la última dictadura, circulaban fanzines literarios hechos en mimeógrafo (como los de Ediciones de la Flor), donde escritores como Copi o Roberto Jacoby publicaban lo que no podía decirse en voz alta.
- En Chile, bajo Pinochet, los punks usaban fanzines para documentar la represión (ej: "Auca"), escondiéndolos bajo las chaquetas.
- En Brasil, la escena "desbunde" (contracultura) mezclaba poesía con cómic en publicaciones como "Navilouca".
Los 90: El Boom del Punk y el Feminismo
- México DF se volvió un hervidero de fanzines punk ("Punketa", "No Future"), mientras colectivos anarquistas los usaban para organizar protestas.
- En Perú, revistas como "Subterráneo"* documentaban la escena metalera y punk de Lima, con letras de canciones y dibujos hechos en tinta.
- Las feministas latinoamericanas empezaron a usar fanzines para hablar de aborto y violencia ( "Las Garras de la Esfinge" en Argentina).
2000-Hoy: Internet, Zines Queer y Nuevas Luchas
Con la llegada de Internet, los fanzines no murieron: se adaptaron. Colectivos como "Fanzineras Rebeldes" (Chile) o "Zinesters MX" (México) mezclan lo analógico y lo digital.
La escena queer los usa para visibilizar identidades ("Maricón" en Colombia, "Piraña" en Argentina).
Temas como el ecologismo ("Fanzine Forestal" en Brasil) o el antirracismo ("AfroZine" en Perú) ganan espacio.
El Fanzine Hoy: ¿Por Qué Siguen Importando?
En tiempos de Instagram y TikTok, los fanzines siguen siendo espacios libres de algoritmos, donde lo imperfecto es virtud. En Latinoamérica, son pruebas vivas de que la creatividad no se rinde:
Ferias como "Feria Zine" (Buenos Aires) o "Tijuana Zine Fest" reúnen a cientos de creadores.
Bibliotecas de fanzines ("Archivo de la Memoria Trans" en Argentina) los rescatan como documentos históricos.
Colectivos enseñan a hacerlos en talleres comunitarios, manteniendo viva la cultura DIY.
Fanzines y resistencia